Tras haber pasado casi 50 años sin noticias del joven, que contaba con tan solo 22 años en el momento de su desaparición, la policía del condado de Troup, en el estado de Georgia, ha conseguido identificar sus restos tras la aparición de su vehículo.

La desaparición de Kyle Clinkscales se remonta al 27 de enero de 1976, cuando el joven salió del club en el que trabajaba en su ciudad natal, LaGrange, también en el estado de Georgia. Esa noche, al regresar al campus de la Universidad de Auburn, donde estudiaba, se le perdió la pista. Conducía el Ford Pinto que tenía, pero parecía que a ambos se los hubiera tragado la tierra, con lo que se cerró el caso tras años de búsqueda infructuosa.

En diciembre de 2021, la policía encontró un Ford Pinto como el de Kyle en un arroyo seco de Cusseta, en Alabama. A pesar de que dentro del vehículo se encontraron restos humanos, habían pasado 45 años desde su desaparición, con lo que las tareas de identificación no fueron precisamente sencillas. 

Tras unos exhaustivos análisis de ADN, las autoridades han confirmado que los restos mortales que encontraron en el coche pertenecen al joven Kyle Clinkscales. Lo que aún se desconoce es la causa de su muerte, algo que parece poco probable que se sepa después de tanto tiempo y dado el deteriorado estado en el que se ha encontrado el cadáver. 

Aunque lamentablemente sus padres fallecieron hace años, seguro que para el resto de sus familiares es un gran consuelo que por fin sepan el destino del joven Kyle y puedan enterrarle.