Diez momentos desastrosos en el vestuario de Kate Middleton  – Limelight Media

Diez momentos desastrosos en el vestuario de Kate Middleton 

Desde que comenzó su relación con el príncipe William en 2003, y más aún después de casarse con él en 2011 y unirse a la familia real británica, la vida de Kate Middleton se ha mantenido bajo el ojo público. Y lo primero que la gente nota, alaba y critica por igual, mal que nos pese, es su aspecto. Si bien la ahora princesa de Gales es conocida por su elegante estilo y su capacidad para lucir impecable en cualquier evento, hemos conocido los diez momentos en los que la dura prensa del Reino Unido ha concedido palabras poco amables por alguna falla en su vestuario. Sin embargo, debemos resaltar que en todas estas ocasiones ella gestionó las críticas como lo que será en el futuro muy cercano: toda una reina.  

La isla equivocada

Es común que cuando la realeza visite otro país, utilice una prenda de esa nación. Pero uno de los peores fallos de vestuario de Kate ocurrió en 2012 durante una visita a las Islas Salomón. Alguien del séquito agregó a la pila de ropa de la entonces duquesa un vestido que era de un diseñador de las Islas Cook, un país totalmente distinto. Nadie advirtió que la duquesa iba a cometer un fallo diplomático vistiendo una prenda que pensó ser de las Islas Salomón, sin serlo. La prensa criticó muchísimo esto, hasta el punto de que la Casa Real tuvo que emitir una disculpa pública. Además, los medios criticaron el vestido como tal, asegurando que los colores y el estampado no favorecían a Kate.   

Tacón atorado

Algo que podemos decir que les debe haber pasado en algún momento a casi todas las mujeres que utilizan tacones también aplica a la realeza. Cuando el tacón de Kate quedó atrapado en un drenaje de metal durante el desfile del Día de San Patricio de 2013, en el fuerte Aldershot al sur de Inglaterra, la duquesa logró mantener la calma. Se agachó elegantemente y desatascó el tacón para seguir su camino, evitando que el altercado pasara a mayores. Pero esto fue visto como una “torpeza” para la prensa sensacionalista. 

Momento a lo Marilyn

En 2011, en su primera gira real a Canadá como esposa del príncipe, Kate eligió un hermoso vestido amarillo de la diseñadora Jenny Packham, pero la ligereza de la tela le jugó una mala pasada porque el viento levantó su falda y casi deja su ropa interior al descubierto. Packham dijo en una entrevista que después de la gira recibió incluso cartas de personas exigiéndole que en el futuro le pusiera peso al dobladillo de los vestidos de la entonces duquesa.  

Los infames “wedges”

A veces, la comodidad importa más que las normas no escritas. La prensa ha sido implacable con Kate todas las veces que ha decidido usar zapatos tipo “wedge”, también conocidos como tacones de cuña, por el simple hecho de que son más informales y existe un rumor de que la difunta reina Isabel II los odiaba. Esto nunca fue confirmado por fuentes de la realeza, pero los medios se dieron cuenta de que la ahora princesa de Gales solo los usaba en sus propias apariciones públicas, cuando no estaba acompañando a la reina.

Blusa del revés

Un supuesto “fallo” de vestuario ocurrió cuando Kate acudió a un evento utilizando esta elegante blusa de Gucci color lila. A primera vista no parece tener nada raro, hasta que los medios informaron que en la página web de la marca se describe que la prenda está diseñada para que los botones se encuentren en la espalda. Es decir, la princesa la usó al revés. Sin embargo, muchas personas comentaron que la preferían de esta forma aunque la prensa, nuevamente, tuvo una oleada de críticas acaloradas al respecto.  

El desfile del destino

Ni siquiera lo que la princesa usó en su pasado, antes de ser de la realeza, se salva del ojo de la crítica. En este caso, es este vestido transparente que Kate usó en 2002 en un desfile benéfico que se hizo en la Universidad de St. Andrews, donde estudió junto a William. De hecho, los rumores afirman que este fue el atuendo que captó la atención de William cuando Kate desfiló y que poco después comenzaron su relación. Aun así, el traje y su transparencia han sido criticados por la prensa inglesa. 

Rojo llamativo

Este vestido rojo de Alexander McQueen que la entonces duquesa de Cambridge vistió para el Jubileo de Diamante de la Reina en el 2012 es hermoso, y nadie lo niega. Sin embargo, la prensa lo destrozó. Por ejemplo, el Daily Mail lo calificó de “tan impactante como inapropiado”. El problema para los medios fue que las mujeres de la realeza, incluyendo a la reina Isabel II y su suegra la entonces duquesa de Cornualles, Camilla, optaron por vestidos en un color neutro. “¿De verdad Kate tenía que acaparar la atención de todo el mundo con su vestido escarlata?” fue uno de los titulares más críticos.   

Los guantes de piel

Hay detalles que no pasan desapercibidos y este fue ciertamente un fallo. Durante unas vacaciones de la pareja real en los Alpes Franceses en 2016, Kate fue fotografiada utilizando unos guantes de la marca Restelli que la organización internacional para la protección de la fauna PETA después confirmó que fueron confeccionados a partir de cuero animal, específicamente con piel de zarigüeya. PETA emitió un fuerte comunicado criticando esta elección. La familia real se ha declarado defensora activa de la fauna, e incluso Kate promovió durante 2014 una campaña contra la caza furtiva, por lo que el haber usado esos guantes no fue una buena decisión.

Verde, no negro

La mayoría de las veces la realeza evita no alinearse con ningún movimiento político o social, sea cual sea, para mantener una posición “neutra”. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esto y por eso el vestido que Kate usó en los Premios de Cine de la Academia Británica (BAFTA) del 2018 fue duramente criticado. No fue un problema de diseño de Jenny Packham o de que le quedara mal a la princesa, lo que pasó fue que el color era un verde oscuro. Ese año, todos los asistentes acordaron ir de negro en apoyo al movimiento “Time’s Up” contra el acoso sexual en la industria.

Otro momento incómodo

Bajar de un avión con un vestido no es tarea fácil, y menos con un bebé en brazos. Kate aprendió esto en el 2014, cuando acompañó a su esposo a Nueva Zelanda para un encuentro gubernamental. En el aeropuerto de Wellington la princesa fue fotografiada cuando bajaba las escaleras del avión, cargando con el pequeño George y tratando de evitar sin éxito que el viento levantara aún más su falda. Aunque logró manejar la situación con gracia, los medios no pudieron evitar preguntarse por qué Kate sigue eligiendo vestidos sueltos para este tipo de ocasiones.